Lluvia de palo

Una a una, las gotas se hacen escuchar golpeando el techo. Golpeando el piso, suenan esas, que logran pasar por ese agujerito al que ahora dan nombre.
La tormenta hace su entrada; en la casa las gotas de un palo de lluvia comienzan a sonar, primero una sola, apagada, luego otra; quieren salir a jugar con la lluvia libre, esa que suena afuera, que no es del palo, esa del cielo, de la nube, del aire.

De aquí para allá

Pies en un par de zapatillas de color dispar caminan por diferentes ciudades. Son pies buscadores, que caminan seguros hacia rumbos desconocidos. Diferentes idiomas reciben sus pisadas con gusto, y esperan que recorran sus calles y se posen junto a una gorra para marcar un tempo embriagador. En otra ciudad lejana, otros pies, calzados en un par de zapatillas con doble media, caminan las mismas calles de siempre tratando de no aburrirse, pisando baldosas nuevas, o poco pisadas, para así variar. Cuando llegan a su casa, un poco cansados y aburridos; se meten en la cama, estiran sus deditos y al no encontrar los otros pies para enroscarse se arrollan juntitos consolándose uno al otro y juntos se prestan sus dedos para contar cuanto falta para que vuelvan aquellos que vagan por las ciudades luciendose en un par de ojotas.

5 de Agosto

Pareciera que quiere salirse, que empuja en vez de correr, que trata de asomarse por los lugares que le resultan mas fáciles de romper para escapar, es doloroso pero inevitable; tiene mucha fuerza, tira. No quiero que queden marcas, entonces trato de que se calme posando mi mano en lugar de las uñas. Trato de distraerla pensando en otra cosa, escribiendo esto. Esta brava y no se deja, quiere que me entere que a veces es mucho mas que el cerebro, quiere mostrarme que esta, y que estoy llena de ella, entonces hierve, entonces quiere explotar, entonces sangre.

Música y un libro; una historia simple pero entretenida, de repente el autor me decepciona con un recurso tonto e injustificable. ¿Por qué será que de algunos autores nos gusta la descripción, de otros el vocabulario, de Julio todo?
Sigo leyendo, un poco desanimada y mas distraída, la música cambia, un disco con sentimiento; cierro el libro y los ojos, me dejo abrazar por el sonido, se puede sentir. Se disparan millones de imágenes, colores, recuerdos; sonrisa inevitable al descubrir en esos fragmentos el calorcito abrigador que dispara palabras generadoras de silencios.

Amarillo y verde
Luces y sombras de energía mal distribuida
Maravillando la nada sin ser especial
Foto de playa en medio de la ciudad
Buscando el centro ¿de qué?
Sosteniendo la bestia de la moral
Odiando el concepto de Érase una vez
Había una vez, ¿hubo alguna?
Te ves, ¿futuro de que tiempo? En el presente de los buenos
Sonrisa complaciente de la autosuficiencia adquirida
Acumulando momentos para la falta de
Derrochando armonía para la búsqueda de

Sentimiento, mente, voz, letra

Ruego lo que no deseo, sin saber como hacer
No digas que vivís solo el hoy mientras programas el despertador.
Ahuyentas mi voz, reclamando el grito.
¿Lejos?, ¿cerca?, ¿con que vara medimos?. ¿Querés?, ¿Me?
Lloro, duermo, nauseas, tiempo, ruta, acá, yo, ¿vos?; vos.
Dale, ¿por qué?, nunca, ya, en poco tiempo, ¿nunca?.
Suspiro, telepatía, ganas, rendirse, arrancar, quedate, te vas; ¿te vas?.
Imagen, siento, te, vos.
¿vos?.

Confesiones de invierno en otoño

En media hora dejo atrás el ahogo temporal que tiene el domingo. Aunque la noche aun tiene horas a su favor, dejo de ser la víctima dominical que se angustia por un futuro sin resolver. Debo confesar que un llamado me cargó de energía, y que un mail me brindó armas para sobrellevar las últimas horas del día. Ahora con la energía del llamado y un disco que me regaló el mail, me entrego al sueño, o quizás solo a la cama, para esperar que la luz del día desvanezca el denso aire que deja este domingo.